miércoles, 3 de octubre de 2012

Anécdota finalista de 6º B

El verano pasado me fui con mis padres y mi hermana a Londres. Fue muy divertido montar en avión y llegar a una ciudad donde hay tantas cosas por ver. Todos los días recorríamos sus calles y visitábamos sus calles.

Un día nos dirigíamos al museo Británico y después de salir del metro vimos que nos habíamos perdido. Un señor inglés me preguntó de repente: “¿os puedo ayudar en algo?” “Sí, por favor” le contesté en inglés. Resulta que él trabajaba en el museo Británico y entendía perfectamente el español. Me quedé impresionado de la suerte que teníamos de haber encontrado a aquel hombre tan simpático; ya que no solo nos acompañó rápidamente hasta allí, sino que también nos explicó la historia de algunas de las salas más importantes de este museo. Resultó ser profesor de arqueología y había estado dando clases a jóvenes de la universidad en el museo Británico.

Javier Piazuelo

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